Los niños de la ciudad de Bogotá disfrutan de diversas experiencias artísticas. En esta oportunidad queremos que descubras un poco más de la experiencia “Iridiscencia” realizada por los Artistas Comunitarios Jenny Solaque, Iván Gómez, Briget Vargas y Astrid Sabogal en la localidad de Engativá.
“Iridiscencia” es una experiencia artística que parte desde lo visual, invitando a los asistentes a interactuar con atmósferas de colores y sonidos realizados con elementos percutivos. La propuesta genera relaciones entre el cuerpo, el color luz y el sonido, lo cual propicia una interacción de movimiento que permite recorrer el espacio.
La concepción de los cuerpos asistentes al encuentro es entendido por sus creadores como un instrumento sonoro que responde a diversos estímulos; este al ser permeado por el sonido y los elementos visuales emite una serie de movimientos que le permiten interactuar con otros cuerpos hasta llegar a la construcción de la danza.
La experiencia artística al contener una vídeo-instalación permite que los niños descubran su propio universo creativo, habitando espontáneamente el espacio, explorando poco a poco las líneas y colores que proporciona la luz proyectada. Por otra parte, los sonidos poco convencionales posibilitan el hecho de que los asistentes centren su atención en ellos, queriendo saber de dónde provienen y a partir de allí se le permite al cuerpo crear movimientos libres que están en constante relación con el hecho de poder golpear un instrumento percusivo que a su vez favorece la liberación de energía contenida en cada individuo.
Las construcciones colectivas que se crean alrededor de la imagen proyectada, los sonidos propuestos, los instrumentos de percusión que son dispuestos en el espacio, los imaginarios que surgen a partir del recorrer, interpretar y contemplar la imagen, posibilitan encuentros en los que se pone en diálogo un sentir particular que coincide con el de los otros para permitir espacios de encuentro, diálogo, creación y re-interpretación, no solo de lo que se ve, sino de lo que se escucha y lo que se siente.
La noción de identidad dentro de la experiencia artística se fortalece a través de la construcción y creación de imaginarios que se generan a partir de la imagen proyectada, que al ser vista, trae anécdotas en los asistentes, permitiéndoles contar aquello que conocen y así mismo entablar relaciones con los conocimientos que tienen los demás, llegando a lugares comunes a partir de eso que cada uno posee.